El consumo de espirulina puede ayudar a prevenir, tratar o curar el colesterol alto, la hipertensión, la diabetes, la depresión, la hepatitis viral y la desnutrición. Además, una buena dosis de espirulina refuerza el sistema inmunológico y mejora la función renal y hepática. Y no ha tardado en hacer fortuna entre quienes están dispuestos a adoptar cualquier nueva moda en el terreno de la alimentación. Se ha comprobado que los alérgicos a cualquier producto son más susceptibles de tenerla a esta cianobacteria.
No se recomienda el consumo de espirulina en casos de hiperuricemia, fenilcetonuria, hipertiroidismo o enfermedades autoinmunes, ya que es posible que pueda interferir con fármacos administrados para suprimir el sistema inmune. Forma parte de nuestra comunidad Cuerpomente y recibe todas las novedades de los cursos y los contenidos exclusivos que preparamos para ti. Se considera que uno de los factores que provoca enfermedades del corazón es la oxidación del colesterol LDL (malo), y se cree que los antioxidantes de la espirulina son particularmente efectivos para reducir la oxidación de lípidos, tanto en personas como en animales. Los suplementos del alga verde aumentan la producción de estos y de anticuerpos, lo que puede combatir infecciones o enfermedades crónicas, porque mejora la función inmune.
Otra cosa es que sus partidarios la consideren prácticamente un remedio milagro para una enorme cantidad de enfermedades, algunas de ellas muy graves. Lo que se sabe es que es una excelente fuente de antioxidantes, y eso sí puede contribuir a paliar diversas enfermedades relacionadas con los daños oxidativos.